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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Vezot haberajá 54-2

Y esta es la bendición

Deuteronomio 33:8-12

el que dijo de su padre y de su madre: "No los conozco"; y no reconoció a sus hermanos, ni consideró a sus propios hijos, porque obedecieron tu palabra, y guardaron tu pacto. 

(Deut. 33:9 LBLA)

¿Cómo puede uno negar a su familia para obedecer al Eterno?

Este versículo expresa la actitud del corazón de todos los levitas que se reunieron a Moshé cuando el resto del pueblo pecó con el becerro de oro. El llamado del Eterno sobre sus vidas era más importante que cualquier compromiso familiar.

No es que el Eterno quiere que uno deje de respetar a sus padres, reconocer y amar a sus hermanos o considerar a sus propios hijos, todo lo contrario, la Torá del Eterno nos ordena a hacer todo esto. Sin embargo, este texto muestra que los lazos familiares no pueden ser más importantes que el compromiso que uno tiene con el Eterno. Cuando el Eterno habla, él es el único que hay que obedecer y considerar.

Esto significa que si uno respeta a sus padres lo hace porque el Eterno lo ha dicho, no por los padres en sí. Si uno reconoce y ama a sus hermanos lo hace porque el Eterno lo quiere y no por tener una doble lealtad. Si uno considera a sus propios hijos lo hace porque el Eterno nos ha mandado hacerlo, no porque hay un lazo con los hijos desconectado del Eterno.

Cuando se trata del compromiso del corazón sólo hay una cosa importante, obedecer la palabra del Eterno y ser fiel al pacto que uno tiene con él. Todo lo demás es el resultado de esta fidelidad al Único que es digno de ser nuestro Dueño y Señor.

El texto hebreo dice literalmente: כי שׁמרו אמרתך, ki shamrú imartéja, porque guardaron tu dicho (o enunciado). Aquí no se usa la palabra דבר, davar – palabra, cosa – sino una palabra más suave para “palabra” אמרה, imrá – dicho, enunciado. Esto nos enseña que incluso si el mensaje que recibimos del Eterno nos viene de manera suave, como un soplo al oído de nuestro corazón, es más importante responder a ese soplo que cualquier compromiso que tenemos con los hombres, incluidos los familiares más cercanos. La voz del Espíritu del Eterno está por encima de todos los hombres. Nuestro compromiso es con el Eterno solamente y por eso somos fieles a los hombres por amor a él.

Si hay un conflicto entre tu relación con tus familiares y tu relación con el Eterno, por favor pon la relación con el Eterno en primer lugar y sele fiel a Él. No puedes tener una doble lealtad. Se fiel a tus familiares por tu fidelidad con el Eterno, no sin él. No hagas nada de lo que tu padre, tu madre, tu hermano, tu hermana, tu esposa o tus hijos te demanden si no está en línea con lo que el Eterno demanda de ti. Tu compromiso es con él, no con los hombres.

Bendiciones,

Ketriel