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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Ki Tavó 50-2

Cuando vengas

Deuteronomio 26:12-15

Cuando ya hayas apartado la décima parte de todos tus productos… No me he apartado de tus mandamientos ni los he olvidado… Mira desde el cielo, desde el santo lugar donde resides y, tal como se lo juraste a nuestros antepasados, bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, tierra donde abundan la leche y la miel.

(Deut.  26:12a, 13b, 15 LBLA)

¿Qué relación hay entre el diezmo y el resto de los mandamientos?

Este texto nos enseña que hay una relación entre la fidelidad en el diezmo y todos los demás mandamientos. El que es fiel en los diezmos está mostrando que el Eterno es el dueño de todo lo que tiene.

El mandamiento del diezmo es parecido al del shabat, los dos son medios para reconocer la soberanía del Eterno. El que da el diezmo está reconociendo la soberanía del Eterno sobre la materia y el que guarda el shabat está reconociendo la soberanía del Eterno sobre el tiempo. El que da el diezmo muestra que mamón no es su dios y el que guarda el shabat muestra que el Eterno es su Elokim. Al someter parte del dinero y parte del tiempo al servicio del Eterno de una manera especial, con el diezmo y con el shabat, se abre una puerta de señorío para el Eterno sobre el resto del dinero y sobre el resto del tiempo de la semana.

De esa manera estos dos mandamientos sirven como plataformas para ser obediente al Eterno en todo lo demás. Por eso el que da el diezmo y guarda el shabat también está interesado en cumplir el resto de los mandamientos que le corresponden.

Este texto enseña que después de haber sido fiel en el diezmo se puede pedir la bendición sobre su pueblo y sobre su tierra. Primero hay que dar el diezmo y luego viene la bendición, no al revés. No es así que el Eterno te vaya a bendecir para poder dar el diezmo. El que piensa así tiene las prioridades invertidas, primer yo y luego el Eterno. Así el Eterno no te podrá bendecir porque piensas que no tienes ingresos suficientes para dar el diezmo y lo estás dejando para el final y, en el caso de que tengas suficiente lo darás.

¡Es al revés! Primero tienes que dar el diezmo para que el Eterno pueda bendecir lo que te quede y así tendrás lo necesario. Si aun así no te llega el dinero, revisa tu manera de gastar el dinero y pide al Eterno perdón por todos los diezmos que no le has dado y también por haber malgastado el dinero, y él te ayudará.

Sé fiel en el diezmo y serás bendecido y lo que quede durará más.

Ketriel