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El Maná de la Torá por Dr Ketriel Blad


Balak 40-5

Devastador

Números 23:13-26

Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. 

(Núm. 23:19LBLA)

¿Puede Dios ser un hombre o hijo del Hombre?

Este es uno de los textos más claros que afirman la verdad absoluta de que el Eterno, el Todopoderoso, no es hombre ni hijo de hombre.

He aquí tres testigos más de las Escrituras que afirman lo mismo: En 1 Samuel 15:29 está escrito: “También la Gloria de Israel no mentirá ni cambiará su propósito, porque El no es hombre para que cambie de propósito.” (LBLA) En Job 9:32 está escrito: “Porque El no es hombre como yo, para que le responda, para que juntos vengamos a juicio.” (LBLA) En Oseas 11:9 está escrito: “No ejecutaré el furor de mi ira; no volveré a destruir a Efraín. Porque yo soy Dios y no hombre, el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.” (LBLA)

Las Escrituras no pueden mentir ni fallar y el Eterno no puede contradecirse a sí mismo ni cambiar de opinión. La creencia de que Dios se haya hecho hombre es causada por la confusión y por no entender que el término hebreo elohimאלהים  – no solamente es aplicado sobre el Eterno sino también sobre sus delegados ángeles y hombres.

El estudio de las Escrituras a base de las traducciones da pie a muchas confusiones y malos entendidos. Una de las más graves es creer que el Eterno ha venido en carne y ha muerto y resucitado.

La Torá afirma vez tras vez que el Todopoderoso no es hombre, y por eso no puede ni nacer, ni morir, ni resucitar. Pensar así del Eterno es tener un concepto muy pequeño del Altísimo.

El hecho de que él pueda revelarse a través de un hombre es otra cosa. No estamos hablando de eso aquí, sino sólo de que él no es ni puede ser ni puede convertirse en un hombre ni en hijo de hombre ni ser el Hijo del Hombre.

Bendiciones,

Ketriel