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El Mana de la Tora por Dr Ketriel Blad


MiKets 10-5

Al final

Génesis 42:19 – 43:15

Y se apartó José de su lado y lloró. Y cuando volvió a ellos y les habló, tomó de entre ellos a Simeón, y lo ató a la vista de sus hermanos.

(Gén. 42:24 LBLA)

¿Para qué sirve el dominio propio?

Cuando Yosef hablaba con sus hermanos usó un intérprete entre el egipcio y el hebreo. Esto nos muestra que las dos lenguas no se parecían mucho.

Yosef tenía que dominar sus emociones y suprimir sus propios deseos para poder estar delante de sus hermanos y hablarles duramente. No le era fácil. Pero durante los 13 años en la escuela del sufrimiento había desarrollado una de las características más importantes de un tsadik – justo; el dominio propio.

El dominio propio es una de las características del Mesías, a cuya imagen el primer hombre fue creado. Después de la caída en pecado el hombre tiene mucha falta de dominio propio. Por eso, cuando el Eterno trata con una persona para restaurarla y volver a hacerla conforme a la imagen del Mesías, también trabaja con esta área de su carácter.

El dominio propio está dispuesto a suprimir las pasiones temporales para obtener un placer mayor a largo plazo. El dominio propio sabe decir no cuando el pecado le es presentado envuelto en un paquete muy hermoso. El dominio propio no hace lo que no se puede hacer sin permiso y autorización o sin tener cierta edad o sin haber cumplido los requisitos para ello. El dominio propio sabe esperar y ser fiel hasta llegar a metas muy largas y difíciles. El dominio propio no da rienda suelta a las emociones en el momento de presión. El dominio propio no elimina las emociones fuertes, pero sí las domina y sólo las deja salir cuando es el momento para ello. El dominio propio sabe callar cuando tiene ganas de hablar. El dominio propio no revela secretos de otros. El dominio propio no compra un producto cuando no lo necesita. El dominio propio no le gusta comprar con crédito. El dominio propio usa el dinero para las cosas importantes y no lo malgasta en placeres. El dominio propio no gasta lo que no tiene. El dominio propio no compra nueva ropa cuando puede usar la vieja. El dominio propio no come comidas deliciosas que no son saludables. El dominio propio no come comidas prohibidas por la Torá. El dominio propio sabe decir no a un plato de lentejas cuando tiene mucho hambre porque su precio es demasiado alto. El dominio propio siempre mira al Invisible para saber qué debe hacer en cada momento en lugar de actuar precipitadamente.

Yosef se apartó de sus hermanos un momento para llorar porque no podía dominar sus emociones ante ellos. Pero luego tomó control sobre su alma y volvió a entrar y hablar con ellos duramente, porque esto fue el plan divino para ese momento.

Que el Eterno nos ayude a profundizar nuestra relación personal con él para que se produzca el fruto del Espíritu en nosotros, para Su gloria,

Ketriel