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El Mana de la Tora por Dr Ketriel Blad


Bereshit 1-1

En el principio de

Génesis 1:1-13

Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

(Gén. 1:4 LBLA)

¿Cómo se consigue orden en una situación caótica?

 

La tierra se encuentra en un caos, sin orden y vacía, con tinieblas y con un abismo profundo. Entonces sucede algo maravilloso. Una palabra enérgica del Todopoderoso se introduce en el desorden y crea la luz, una luz buena. Pero la luz no es enviada al caos para ser otra parte de la masa desordenada existente. La luz es enviada al mundo para confrontar el desorden. En lugar de mezclar la luz con las tinieblas para que fuera una masa gris, el Todopoderoso hace una separación muy marcada entre la luz y las tinieblas.

La separación es una de las acciones principales que son exigidas para crear un universo ordenado. ¿Qué implica esa separación? Implica hacer una clara línea divisoria entre una cosa y otra. Por lo tanto los límites fuertes, importantes, bien marcados y permanentes son una de las condiciones fundamentales para que este mundo pueda permanecer y desarrollarse. Si los límites que ha marcado el Todopoderoso fuesen borrados el mundo volvería al caos.

Este principio es válido para todo el mundo en que vivimos. Una sociedad que es dirigida por medio de límites bien marcados que dividen entre una cosa y otra, especialmente entre lo bueno y lo que no es bueno, es una sociedad que tiene buenas condiciones para permanecer y desarrollarse. Una sociedad que no tiene límites bien marcados está en el camino a la corrupción, al caos. Una sociedad de principios es fuerte. Una sociedad de impulsos es débil.

Una familia que se dirige mediante límites marcados entre una cosa y otra tiene buenas condiciones para permanecer y desarrollarse. Una familia que no tiene límites marcados está en el camino a la desintegración.

Una persona que sabe poner los límites correctos y dividir entre lo que es bueno y lo que no es bueno tiene un buen fundamento para desarrollarse en algo grande.

Un hombre que está atado por las cadenas de la adicción nunca podrá ser liberado si primero no obtiene ayuda para vivir según normas y principios fuertes. Porque es precisamente la falta de límites y la incapacidad para dividir entre lo bueno y lo que no es bueno lo que le ha hecho caer en el fango.

Si experimentas un caos en alguna área de tu vida, empieza a separar entre lo bueno y lo que no es bueno. Pon límites bien marcados y constantes y mantén esos límites. Así podrás obtener orden en una situación caótica.

Que el Eterno te ayude a ver la luz que Él envía en tu mundo para que puedas aprovecharla y separarla de lo que no es luz y para que puedas aprender a poner límites y decir: “¡Hasta aquí pero nada más!”. Entonces experimentarás cómo el caos es repuesto por orden y tendrás paz en tu alma y podrás alcanzar lo que el Todopoderoso ha pensado para tu vida.

Yom tov – buen día.